La pretensión destructiva al plan de Dios o Reclamo legitimo de derechos.

El pasado 6 de julio la Comisión de Legislación General del Senado firmó un dictamen de mayoría a favor de la unión civil sin adopción y uno de minoría para el matrimonio entre personas del mismo sexo. Así se dio comienzo a la recta final del debate por la posibilidad de unión matrimonial entre homosexuales.

La próxima semana seremos testigos de la definición de esta disputa que ha traspasado la barrera del debate para ver si es ley o no un matrimonio entre gays, ya que en medio del enfrentamiento se ponen en juego, en claro detrimento de lo que se debe discutir, aspiraciones y chicanas políticas y alianzas que poco tienen que ver.

Durante el transcurrir de estos días deberemos seguir escuchando las pavadas del cardenal de Buenos Aires Jorge Bergoglio que por ejemplo disparó "No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios".

Dentro del mismo arco de pensamiento podemos encontrar, por ejemplo a la senadora por San Juan Liliana Negre de Alonso, quien hace unos 20 días compartió y agradeció la acción que el gobernador de la provincia, José Luis Gioja (otro dinosaurio), a través de su Ministerio de Educación dio asueto a los alumnos, enviándolos a sus casas con una nota en los cuadernos de comunicación en la que decía que debían acompañar a los padres a la marcha convocada por la Iglesia Católica en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Cabe aclarar que la senadora apoya la moción de la Unión Civil sin la posibilidad de adopción, que es la que ha llevado el dictamen de mayoría y será el primero en ser tratado por el recinto en donde estos señores que están más cerca de ser bustos que personas definirán los anhelos de la comunidad homosexual habitante de nuestro país.

Y hay que ser sincero, la verdad es que esta discusión que se da en el parlamento también se da dentro de mi cabeza. En mi caso he crecido con ciertas reglas y normas que me han servido de guía. Todo esto del matrimonio entre personas del mismo sexo es algo que me hace ruido pero no por el tema de que dos personas puedan sentir el amor necesario como para querer unir sus vidas y dentro de ese deseo gozar de los privilegios y posibilidades que otorga el derecho civil.

El eje acá no son los homosexuales, o el otro, sino que es uno, que como cualquier persona cuando la retiran un poco de la “normalidad” tiende a resistirse o a mirar de reojo. Hoy por hoy todos tenemos amigos, compañeros o familiares que son gays y creo que se puede dar un gran paso en cuanto a integración de la sociedad. Además, y para confirmar un poco mi pensamiento, cabe solo observar el raciocinio, si es que se puede definir así, de los opositores a la ley de matrimonio igualitario; basta con ver quienes son los que se oponen y solo falta la momia, Gengis Khan y el hombre de Neanderthal.

Lo que si pido es que a partir de esto se modere un poco el accionar de las marchas y reclamos. El pedido ha llegado al debate no solo legislativo sino social, ya que esta polémica se ha instalado en diversos sectores. Entonces, como tengo una manía por ganarme enemigos diciendo lo que pienso, no considero necesario una marcha del orgullo gay; que se entienda, yo no organizo una marcha de heterosexuales para mostrarle al resto del mundo como vivo. Solo eso, y espero se entienda la idea y nadie se ofenda con esto.

En fin, habrá que esperar el final de esta película, por ahora el debate es una verdadera vergüenza como por lo general se viene dando en el Congreso. Sea cual sea el resultado espero que la sociedad en su conjunto sepa aceptarlo y en caso de no ser así, continuar por la senda constitucional y más racional a mi criterio, ya que si algo vale la pena entonces valdrá el esfuerzo de pelear por ello.


Claudio Gutierrez

2 comentarios:

Guido dijo...

La verdad el artículo me parece excelente ya que plantea una gran realidad, la cual la sociedad debe comenzar a integrar en sus pensamientos y vida cotidiana con el máximo respeto que un ser humano se merece, ya que la homosexualidad es un hecho y no una enfermedad o desviación como muchos proclaman.
Así y todo hay un tema que me genera ciertas inquietudes y es la adopción de niños por parejas homosexuales. Creo que debería tratarse con cautela y analizar cuál es la mejor solución para los niños que hoy en día carecen de padres, ya que solo el simple hecho de no conocer su identidad o no tener la imagen de sus padres genera en ellos un gran transtorno psico-emocional y social que deben superar.
Resumiendo un poco entonces me pregunto: ¿ No es suficiente ya para estas criaturas peliar con el hecho de no estar en sus familias originales y sin saber muchas veces de donde provienen, como para sumarle la lucha tan devastadora a la cual los homosexuales libran todos los días para ser reconocidos y alcanzados por los mismos derechos que cualquier otro ciudadano mas? Creo que primero debería generarse una aceptación y cambio en la forma de pensar de la sociedad acerca de las parejas gays para que esto no sea una lucha más para los niños adoptados. En mi parecer, pienso que primero se debe resolver esta batalla, para luego saltar a este paso. Debo dejar bien en claro que en mi parecer estas parejas, muhcas veces estan ampliamente mas capacitadas que una pareja heterosexual para brindar un hogar, amor, salud, y respeto a estos niños.

GUIDO

SAR dijo...

Y que opinas de lo de la señora Mirta Legrand?